El blog de carlos ochoa

                                         LA PUERTA TRASERA

                                                Carlos Ochoa

   En el Vaticano hay un pasadizo secreto de 800 metros de longitud que utilizaban los Papas cuando sus vidas estaban en peligro, a este pasaje construido entre murallas se le conoce como el Passetto, se trata de una puerta trasera de escape que comunica los palacios vaticanos con el Castillo de San Ángelo. La mención de esta salida de emergencia para tiempos adversos, se me ocurre después de escucharle decir  al Profesor y Presidente de Acción Democrática en Carabobo Antonio Ecarri, que era preocupante  ver como el chavismo estaba clausurando todas las puertas traseras, que a los pocos amigos que le quedaban  en el PSUV, les había expresado que en política siempre hay que tener la precaución de mantener abierta una salida, no necesariamente para huir y salvar el pellejo, sino para negociar, que es la actividad fundamental de la política. Ciertamente, la arremetida continua  en contra de la oposición democrática, de  los medios de comunicación y la expropiación de propiedades agrarias y empresas productivas, deja muy pocos espacios para la negociación.  Ya sabemos que  donde no hay negociación hay conflicto. En un país polarizado políticamente como lo está Venezuela, la opción de dirimir las diferencias por la vía violenta es una posibilidad que los sectores radicales de ambos bandos plantean  como inevitable.

   El siglo XX puede considerarse como el campo de batalla donde se desarrolló la lucha entre los totalitarismos y la democracia. Los sistemas cerrados como el socialismo de la Unión Soviética  y el Nacional Socialismo hitleriano, negaron la posibilidad de puertas traseras y sucumbieron dramáticamente, dejando un legado de ruinas y frustración. En septiembre de 2008, en un acto de apoyo a la medida de expulsión del embajador de los Estados Unidos, el Presidente Chávez afirmó que: “Bush se va por la puerta trasera de la historia”. Estamos de acuerdo con el Presidente Chávez, Bush se marchó de la Casablanca con mucha pena y nada de gloria. Por la puerta trasera de la historia han salido muchos que se creyeron grandes y poderosos. Pero no es la intención  de esta nota tratar  la salida  de  George W. Bush de la presidencia de los Estados Unidos, ya habrá quien se ocupe de opinar sobre este tema.  Si es de nuestro interés, establecer la diferencia entre una democracia abierta  y una democracia en peligro de cierre como la venezolana, ello contribuye a ahondar en el análisis del retroceso histórico que a contracorriente de la modernidad se nos trata de imponer. En la primera no caben las puertas traseras, el respeto a la institucionalidad y las reglas de juego las hacen innecesarias, nadie piensa que Obama va a expropiar las propiedades de Bush, que va a meterlo preso, y que acosado por tribunales y el FBI se va a  ver obligado  a pedir asilo en Francia o Colombia. En la democracia venezolana donde el Presidente llama enemigo al adversario y redacta leyes a su conveniencia, la puerta trasera es necesaria por el nivel de radicalización de su gobierno, entrampado en ese callejón sin salida que es el socialismo del siglo XXI. Un proyecto político histórico no tiene futuro cuando para realizarse depende de la voluntad y dirección de un solo hombre. La concentración de poder que tiene en estos momentos Chávez, lo coloca en el borde del abismo, en el fin del camino. Sabemos que es el fin, cuando el 80% de los venezolanos chavistas y no chavistas no piensan el mundo socialista como lo está pensando el líder. Por eso se hace necesario preguntarse ¿Dónde está la puerta de salida de Chávez  en la hora de las horas? El Presidente como algunos señalan huye hacia adelante, atropellando lo que consigue en su camino, pero el próximo paso cuando se está en el borde del abismo es sin lugar a dudas el abismo mismo. En estos tiempos de revolución el pasadizo secreto del Vaticano proporciona una buena lección de historia para aquellos que pretenden torcerla a su antojo.