QUÉ ES PAZ, PARA LA ACADEMIA SUECA
Carlos Ochoa
Es la primera vez que yo recuerde que se otorga el premio Nobel de la Paz, a un líder político por sus buenas intenciones y no por sus acciones. Esta novedad me hace preguntarme, si es posible que la academia sueca, le hubiese dado el premio Nobel de Física a Albert Einstein en 1921, antes que desarrollara su explicación del fenómeno fotoeléctrico y publicara sus invalorables aportes que revolucionaron a la física teórica, o más cercano a nosotros, que García Márquez antes de escribir Cien años de Soledad, hubiese tenido el honor de pasear su liquilique en Estocolmo con el Nobel de Literatura en sus manos.
Es obvio que el propio Obama está sorprendido y así lo ha expresado. El centro del asunto y lo que ayuda a entender la escogencia del joven presidente norteamericano, tiene que ver con la idea que en este momento, tiene una élite con respecto a lo que consideran es la paz. Para muchos la paz es la ausencia de conflicto, en el mismo sentido que la salud es la ausencia de enfermedad. Este manejo de ausencia de conflicto como definición de la paz, está siendo revisado conceptualmente en la práctica, por la ejecución de un plan que plantea un nuevo orden internacional. El Presidente Obama es percibido como el líder de ese nuevo orden. La paz dentro de este discurso, es entendida como libertad y justicia sin exclusión, esto supone que la cesación del conflicto, no es el objetivo final, sino el comienzo para educar e internalizar como valores universales de la paz, a la justicia y a la libertad. Cuando se habla de valores universales, en realidad estamos refiriéndonos al proceso cultural y político de la modernidad. Por ello la defensa que realiza Obama de la modernidad, pasa por redefinir a la paz, no como un fin en si mismo, sino más bien como un proceso con caminos inéditos que recorrer.
Con la cesación del conflicto como argumento político, quedan sin discurso efectivo, las viudas del comunismo de la extinta Unión Soviética y sus mutaciones genéticas, como el socialismo del siglo XXI, que repite la consigna guevarista de los 60, que hay que crear muchos Vietnam en América latina. La frase del romano Flavius Renatus Vegetius escrita en su obra “De las cosas de las milicias” en el siglo IV Si vis pacem, para bellum (si quieres la paz prepárate para la guerra), tan repetida por los militares de todas partes, no parece ser la más indicada para interpretar el momento histórico de reacomodo y ordenamiento que se está produciendo en el mundo con el relanzamiento del proyecto liberal en occidente. El Nobel de Obama desde la perspectiva del conflicto es un desacierto, desde la búsqueda de caminos para el nuevo orden que se aspira, es un riesgo que la academia sueca asume con las consecuencias, de que el futuro al que apuesta sea detenido por el peso del pasado.